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jueves, 14 de octubre de 2010

Don Gonzalo Gustioz conde de Lara y de Salas recupera la vista en Uxue.

Foto: Cuadro de Zurbarán representando 
a Gonzalo Bustos conde de Lara. 
Uno de los presuntos milagros de la Virgen de Ujué más difundidos es aquel por el que dicen que Gonzalo Gustioz conde de Lara curó de su ceguera.
Este personaje oriundo del antiguo condado de Castilla es también conocido como Gonzalo Bustos y sobre todo como el padre de los Siete Infantes de Salas o de Lara.

El del conde don Gonzalo Bustos pretende ser el relato más antiguo de una curación milagrosa obrada por la Virgen de Ujué.
El personaje de nuestra historia es contemporáneo de Almanzor que vivió entre el 938 y el 1002.

Todavía no se habían erigido los tres ábsides de la iglesia románica de Uxue.
Todavía no se había fundado el Priorato de Uxue ni habían llegado los canónigos de San Agustín.
Tampoco se había esculpido la imagen de la Virgen que ahora conocemos.
En las recientes excavaciones se encontraron los cimientos de una iglesia prerrománica que en todo caso pudiera ser coetánea del legendario protagonista de esta historia.

Según la tradición ujuetarra, este milagro lo podemos resumir así:
Corría la segunda mitad del siglo X. Habiendo perdido trágicamente a sus siete hijos y habiéndose quedado ciego de tanto llorar, llegó a los montes de Ujué acompañado de su servidumbre el noble Gonzalo Bustos, conde de Lara y Salas con la esperanza de recuperar por mediación de Santa María de Uxue su vista perdida.
Llegados que fueron al punto desde el que comienza a verse el templo, (siglos más tarde señalado con la gótica Cruz del Saludo) el caballero se apeó de su caballo y se postró en tierra.
Ayudado por los suyos, comenzó a recorrer de rodillas el trayecto hasta la iglesia (1560 metros). Al llegar ante la Virgen, la vista retornó a sus ojos.

En memoria del milagro mandó hacer una estatua orante que en el presbiterio, perpetuara su agradecimiento.
También hubo un poeta anónimo que allá por el siglo XIX  describió esta estatua y nos contó el milagro así:

"Este busto respetable
que se mira junto al ara
es el Conde Gustios Lara
a quien vuestra mano afable
del estado lamentable
de ceguera en que se vio
generosa le libró
cuando con toda confianza
en Vos puso la esperanza
y a vuestra casa llegó".
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Lo cierto:
Cuando en Castilla campeaba como conde independiente Garci Fernández, por la segunda mitad del siglo X vivió un noble caballero, Señor de Salas, por nombre Gonzalo Gustios.
Se dice que en ese tiempo ya existía en Uxue una fortaleza  presuntamente erigida por Iñigo Arista, primer rey de Navarra
Dentro de aquella fortaleza había una pequeña iglesia prerrománica dedicada a Santa María que demolieron en el siglo once para hacer la románica.

La leyenda:
En el siglo XII se escribió en Castilla uno de los más grandiosos poemas épicos de la literatura española. Sus noticias fueron recogidas con gran detalle por Alfonso X el Sabio en la "Crónica General"´.

Resumiendo, dicha leyenda es así más o menos:
Gonzalo Gustioz tiene siete hijos conocidos como los Infantes de Lara.
Gonzalo González, el menor de ellos, al celebrarse la boda de su tío Ruy Velázquez con doña Lambra, mató a un primo de la novia.

Más adelante Gonzalo González es visto por Doña Lambra bañándose en paños menores. Doña Lambra lo considera una provocación sexual y una grave ofensa.

Doña Lambra, aprovecha este lance para vengar la muerte de su primo Álvar Sánchez ordenando a su criado manchar a Gonzalo González con un pepino relleno de sangre.
Gonzalo reacciona matando de una estocada al criado de Doña Lambra, que había ido a refugiarse bajo la protección del manto de su señora.

Gonzalo huye y Doña Lambra termina saciando su odio haciendo que los mahometanos maten a traición a los siete Infantes.

Desconocedor de este fatal desenlace, Gonzalo Gustioz, es enviado a Córdoba con una carta en árabe donde se le sugiere a Almanzor que lo maten también a él.
En vez de ello Almanzor, en cuanto llega don Gonzalo, manda que le muestren las cabezas cortadas de sus siete hijos y que lo tomen prisionero.

Pasado un tiempo, Almanzor tuvo pena del dolor infligido al castellano, lo puso en libertad y le dio para su servicio una mora hidalga.

De los amores de Gonzalo y de la mora nació Mudarra González, quien más tarde vengaría la afrenta inferida a su padre.

Único paralelismo entre la leyenda de Ujué y la castellana: La ceguera del personaje principal.
El único paralelismo referente a la ceguera de don Gonzalo Gustioz lo encontramos en una versión medieval en prosa del año 1344 procedente de Castilla en la que se habla que el Conde don Gonzalo perdió la vista de viejo y que la recuperó de una manera prodigiosa.

Pero esa manera prodigiosa de recuperar la vista no es la que se cuenta en Uxue. Y no ocurre en Uxue.
Veamos:
En la versión castellana que se titula "El anillo de Mudarra", se cuenta la ceguera de Gonzalo Gustioz.
Se dice que cuando es finalmente liberado y antes de irse de Córdoba hacia su tierra, la hermana de Almanzor, le comunica que está embarazada de él (el niño será Mudarra).
Gonzalo Gustioz, antes de marcharse, toma un anillo y lo rompe en dos pedazos, dándole una parte a ella y quedándose él con la otra mitad.
Años más tarde Mudarra recibe este medio anillo como herencia de su madre.

Sigue contando esa versión que Don Gonzalo quedó ciego con el paso de los años.
Más tarde cuando Mudarra ya es un hombre y va a Salas en busca de su padre, don Gonzalo por su ceguera no lo puede reconocer.

Al Conde de Lara le dice su esposa que el viajero es el vivo retrato de Gonzalo, el más joven de los Siete Infantes.
Al juntar la parte del anillo que trae Mudarrra y la que tiene Don Gonzalo, comprueban que encajan perfectamente. Y se produce el milagro: Recupera la vista y el anillo queda unido permanentemente. Mudarra finalmente vengará a su padre.
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Epílogo
Es difícil averiguar qué hay de verdad en el relato épico de los Siete infantes de Lara.
Por lo menos sabemos que existió un tal Gonzalo Gustios en el año 975, y que es invención su hijo Mudarra.

En las muchas, distintas y variadas versiones de la leyenda del padre de los Siete infantes no hay mención alguna al milagro que se cuenta en Uxue ni tampoco se menciona ningún viaje o estancia en Navarra del noble castellano.

Según Jimeno Jurío la leyenda de la peregrinación a Uxue del caballero castellano, ciego de tanto llorar a sus hijos, debe ser posterior al siglo quince.
Comenta que en el siglo XVII la recoge nuestro analista el Padre Moret.

Según José Javier Uranga, ni Moret ni el padre Villafañe pintan al personaje que recupera la vista en Uxue como de edad avanzada.
Uranga sigue diciendo que aunque también contaron el milagro, ni Pedro Madrazo ni Iturralde y Suit identificaron al Gonzalo Gustios de Ujué con el padre de los Siete Infantes.
Termina diciendo que el primero en hacerlo plenamente es el Padre Clavería.
José Javier Uranga en su obra “Ujué medieval” cataloga esta historia como mito legendario.

La efigie que vio Moret en Ujué, y que estuvo hasta 1951 junto al altar de la Virgen, era una burda escultura de yeso del siglo XVII  que todavía se conserva en un almacén, la cabeza por un lado y el resto por otro, junto a varios altares y otros objetos que esperan arreglo.

Ese mismo año de 1951 se descolgó un enorme cuadro que representaba la leyenda de Gonzalo Gustios colocado en el muro de separación entre el románico y el gótico. Había sido pintado en 1782 por el pintor tafallés Santiago Aróstegui.

Desaparecidos los motivos que recordaban esta leyenda, solo algún que otro ujuetarra mayor de sesenta años recuerda la historia del Conde de Lara, su ceguera y su curación en Uxue.
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DIBUJO:
En el libro de Padre Jacinto Clavería titulado "Iconografía y santuarios de la Virgen en Navarra " tomo 2, año 1942 en la página 329, ilustra con este grabado la narración de la milagrosa curación de Don Gonzalo Gustios en Uxue.

Nuestro personaje aparece dibujado junto a su séquito junto a la Cruz del Saludo donde dicen que descabalgó y se dirigió caminando de rodillas hacia el santuario.

La leyenda sitúa este milagro en el siglo X cuando todavía la iglesia fortaleza de Uxue no tenía el aspecto que hoy tiene, ni todavía se había tallado la imagen de la Virgen (siglo XII) ni erigido la Cruz del Saludo (siglo XV).
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Para terminar, aquí os pongo la poesía que compuso el vecino de Uxue Alfonso Iriarte Landarech sobre el crucero desde donde se dice que Gonzalo Guztioz marchó de rodillas hasta el Santuario de Uxue para recobrar la vista:

VERSOS A LA CRUZ DEL SALUDO DE UJUÉ.
Vetusta Cruz del Saludo,
Esbelta Cruz de la Sierra.
Las lluvias lavan tu cara,
El cierzo seca tu piedra.
Escudos nobles te adornan,
Recuerdo de la realeza.
El musgo cubre tu encaje
El prisma de tu silueta.
Aquí llegó Don Gonzalo
De castellana nobleza,
Poadre de los siete Infantes,
Con siete penas a cuestas.
Afable cruz del saludo
Donde los pueblos se encuentran
Donde se escucha la jota.
Donde la salve se reza.
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Bibliografía utilizada para redactar este artículo:
- Padre Jacinto Clavería en "Iconografía y santuarios de la Virgen en Navarra" tomo 2, año 1942.
- Padre Jacinto Clavería en "Historia documentada de la Villa de Ujué". Año 1953
- José María Jimeno Jurío en "Navarra Temas de Cultura Popular nº 63 "Ujué". Año 1964.
- José Javier Uranga en "Ujué Medieval". Año 1984.
- Enciclopedia Digital Wikipedia, en el artículo titulado "Los siete infantes de Lara". (Pinchar aquí para ver).
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