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viernes, 7 de enero de 2011

Un niño de Ujué fue Rey de la Faba en 1974 y otro en 1987.

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EL REY DE LA FABA EN NAVARRA.
Una fiesta de origen medieval
La celebración del Rey de la Faba en Navarra se remonta a la Edad Media y se cree que fue introducida por la refinada corte de los Teobaldos procedentes de la región francesa de Champaña.
Los reyes navarros acostumbraban a ofrecer el día de La Epifanía (celebración de los Reyes Magos) una comida entre los niños más necesitados.
Todos los asistentes recibían una porción de rosco, en el que previamente se había introducido un haba. Aquel niño que encontraba el haba en su ración era proclamado monarca por un día.
Entre 1381 y 1439 se coronaron Reyes de la Faba en localidades como Pamplona, Sangüesa, Puente la Reina, Tafalla, Estella, Olite o Tudela. La fiesta se desarrollaba siempre en el lugar donde estuviera el soberano y, en su ausencia, la soberana.

1920. LA NUEVA HISTORIA DEL REY DE LA FABA
La historia moderna del Rey de la Faba comienza en 1920. 
Aquel año, la fiesta tuvo lugar en el Círculo Carlista de la plaza del Castillo de Pamplona y fue nombrado rey el hijo de un socio necesitado. 
Posteriormente, se hizo cargo del evento la sociedad pamplonesa Muthiko Alaiak que contó con el patrocinio, hasta su desaparición, de la Real Cofradía del Gallico de San Cernin.
En aquellas primeras ediciones del siglo XX, se elegía a un niño de la Casa de la Misericordia que hubiera tenido buena conducta y que realmente lo necesitara. 
Al niño elegido se le dotaba con una beca para estudios.

 FIESTA ITINERANTE
Con la intención de dar mayor realce a la fiesta, en 1964 la sociedad Muthiko Alaiak decidió llevar la fiesta por distintos pueblos de Navarra, tal y como se hacía 600 años atrás.

Desde entonces, el Rey de la Faba se ha convertido en una tradición itinerante muy apreciada en la Comunidad Foral. 
Aunque en su origen la celebración tenía lugar el día de La Epifanía, con los años se fue retrasando una o dos semanas y actualmente es la organización la que fija la fecha según convenga.
El proceso de selección de los niños que pueden ser designados reyes tiene lugar unas semanas antes de la ceremonia en los distintos colegios del municipio donde tendrá lugar el acto.
Una vez que la faba decide quién será rey, se inicia un periodo de ensayos. 

El día de la coronación comienza con un desfile callejero en el que el rey se dirige a la iglesia acompañado por su comitiva, compañeros de la escuela que representan los papeles de pajes, nobles, curas y vecinos del pueblo. 
No faltan el Príncipe de Viana y doña Blanca de Navarra, así como un cortejo de juglares, músicos y bailarines al más puro estilo medieval. 
El ceremonial, vistoso y emotivo, culmina con el alzamiento del rey sobre un escudo al grito de "Real, Real, Real".

Dos niños de Ujué fueron Reyes de la Faba, uno en 1974 y el otro en 1987.
REY DE LA FABA AÑO 1974.
El día 3 de diciembre de 1974, festividad de San Francisco Javier, se celebró en el salón de sesiones del Ayuntamiento de Tafalla una merienda al término de la cual se procedió al reparto del roscón. 

Concurrieron a la merienda 24 niños representantes de otros tantos pueblos de la Merindad de Olite propuestos por sus respectivos maestros y educadores. (Dejaron de asistir los de Milagro, Murillo el Cuende y Santacara).
Ujué estaba representado por Ángel Aranguren Vallés. Como dato curioso decir que el niño que representaba a Tafalla era Jaime Berrade Leza también nacido en Ujué.

Después de la chocolatada, el alcalde de la ciudad, don Manuel Navascués, procedió a partir el roscón.
Fueron cogiendo su parte uno a uno todos los niños. 
Muchos ya habían comido su trozo cuando el representante de Uxue, Ángel Aranguren, tomó una de los dos porciones que quedaban y la faba le tocó a él.

Foto: Ángel Aranguren es alzado rey de La Faba en Tafalla

La fiesta se celebró el día siete de enero de 1974 en la iglesia parroquial de Santa María de Tafalla.

La comitiva se puso en marcha desde el centro parroquial de San Pedro a las cinco de la tarde. 
Heraldo, juglares, pajes, abanderado de las merindades, dantzaris y bufones, iban todos vestidos a la antigua usanza, precedidos por trompetas y timbaleros.

Cerraba el cortejo el nuevo Rey de la Faba y una comitiva donde se representaba al Rey de Navarra y su Corte.

Con el ritual debido se ungió y coronó a Ángel Aranguren Vallés, de 10 años.

La Agrupación Coral Tafallesa, dirigida por el maestro Menéndez, interpretó varias composiciones de época. 
A las nueve de la noche, en el Hostal Tafalla se celebró una cena medieval. 
Miguel Ángel Alústiza Zubiri, presidente del Muthiko Alaiak, pronunció unas palabras de agradecimiento a la ciudad de Tafalla, a sus autoridades y a la Diputación Foral.
Hubo que esperar 13 años más para que otro chico de Uxue fuera rey de la Faba.

REY DE LA FABA 1987.
Elección.
El sábado 21 de febrero de 1987 se procedió en Ujué a la elección del Rey de la Faba de aquel año.
Los muchachos elegibles eran todos de Ujué. 
En aquella época a los organizadores ni se les ocurría hacer participar a las chicas en este sorteo. Estaban excluidas de ser Reinas de la Faba a pesar que en Navarra nunca hubo una Ley Sálica que prohibiera a las mujeres ser reinas.

Los candidatos fueron de edades comprendidas entre los 12 y 14 años y resultaron ser los seis que siguen:
Carlos Burgui Sendoa de 12 años; Sergio Burgui Sola de 12 años, Oscar Goyen González de 14 años; Ángel Luis Sendoa Jurío de 13 años; Sergio Sola Ibáñez de 12 años y David Yoldi Alcuaz de 12..

¿Dónde estaba el haba?
¿Nadie la encontró en su trozo de pastel, o es que alguien no quiso ser Rey?
Este año, el Rey se tuvo que decidir por el sistema de papeletas. 
El haba, sustituida en esta ocasión por un almendruco de Ujué, no fue encontrada por ninguno de los seis mocetes que optaban al cargo.

Tras un cuarto de hora en el que los seis chavales se aplicaron concienzudamente a desmenuzar el bizcocho con nata quedó patente que no se encontraba dentro del pastel. Miguel Ángel Alústiza aseguraba que él mismo había visto como metían el almendruco en el roscón antes de cocerlo en la pastelería.

Se llegó a pensar que por los nervios, algún crío se la había tragado pero no fue así. 
Al final, el escurridizo almendruco apareció debajo de la mesa, y hubo que recurrir a que los chicos sacaran un papel de entre seis en el que se leía “Rey de la Faba 1987”. El agraciado, como veis en la foto, fue Sergio Burgui Sola.

Cada uno de los chicos participantes recibió un regalo: el atlas de aves nidificantes de Navarra y Sergio, en particular un balón de futbol con las firmas de los jugadores de Osasuna.

El resto de los chicos, que llenaron de parabienes a su amigo, fueron citados para comenzar los ensayos de la coronación, en los que participaría todo el pueblo. 
Por último se sirvió una merienda para todos los presentes.

A partir de esa misma semana, responsables del Muthiko Alaiak vinieron a Ujué a ensayar la ceremonia de la coronación del Rey.



Ensayos
En total hacían falta unos veinte figurantes que debían representar al rey Carlos III, a Blanca de Navarra y al Príncipe de Viana. 
Estos tres primeros personajes y la guardia del rey debían ser gente mayor.
Jesús Itúrbide fue designado para representar al rey Carlos III y Begoña Ibáñez y José Juan Sara, para los de de Blanca de Navarra y Príncipe de Viana respectivamente.

Varios mozos debían vestirse de guerrero, con su cota de malla y todo, para representar la escolta del Rey. Uno de ellos era el que esto escribe.
El Rey de la Faba debía ir acompañado por Blanca de Navarra y el Príncipe de Viana.

Todos los que representaban a los miembros de las Cortes de Navarra con sus tres estamentos: el de la nobleza, el del clero y el de las buenas villas debían ser niños para que la celebración del Rey de la Faba fuese tal como se hacía en el Medievo ante el Rey. 
Los ensayos fijaron lo que cada uno debía hacer y decir el día de la coronación.

Sábado 28 de marzo de 1987. Llegó el día.
La ceremonia estaba programada para las 7 de la tarde en nuestra iglesia fortaleza. La comitiva debía salir media hora antes del Ayuntamiento.

El pueblo se vio inmerso en un ambiente emocionante. 
Desde muy temprano comenzaron a llegar los responsables del Muthiko Alaiak con todos los componentes que debían participar en la ceremonia: dantzaris, fanfarre … los encargados de la ropa .. de los atuendos... los más de treinta componentes de la Coral Tafallesa, periodistas, fotógrafos, cámaras de tv…

Todos los que debían tomar parte en la ceremonia que no eran pocos, debían juntarse en el ayuntamiento para vestirse. 
Dos horas antes de la ceremonia la plaza municipal ya estaba a rebosar con la gente allí concentrada.

Llegó la hora esperada. Al fin se dio inicio a la salida del cortejo: Heraldo, pajes, abanderados, juglares, dantzaris y bufones, precedidos por trompetas y timbaleros. 
Luego iban los niños que iban a participar en el acto revestidos de nobles, infanzones y obispos acompañados por el rey de Navarra y el niño elegido como Rey de la Faba llevado de la mano por Blanca de Navarra y el Príncipe de Viana.

El cortejo recorrió las calles medievales de nuestra villa con gran pompa y colorido para llegar a la iglesia a la hora prevista.
El templo se abarrotó de gente. La comitiva esperó a la entrada.

Desde el púlpito, Miguel Ángel Alústiza, en su labor de maestro de ceremonias, explicó a los presentes el origen de esta tradición que se remonta al tiempo de los Teobaldos según la cual los reyes de Navarra escogían un niño entre los más necesitados para que disfrutara de los honores y agasajos que ellos disfrutaron el día dé su coronación.

Acabó la explicación. Se hizo el silencio.

En medio de una sobrecogedora y solemne expectación sonó una trompa. El maestro de ceremonias con voz alta, clara y firme fue llamando uno a uno a los distintos personajes que participarían en la ceremonia: El Obispo de Pamplona, los Abades mitrados de Leire y Roncesvalles… los nobles, los hidalgos representantes de las Buenas Villas.

Los niños, revestidos según el personaje que les tocaba interpretar, fueron entrando con gran boato y solemnidad colocándose en el estrado sito ante las verjas.

El ultimo niño en situarse ante los tronos y sitiales, fueron Sergio Burgui, siempre acompañado por los jóvenes que encarnaban a Blanca de Navarra y el Príncipe de Viana.

Una vez que todos los niños estuvieron sobre el estrado volvió a hacerse el silencio.
Sonó el himno de las Cortes de Navarra. 
El rey de Navarra acompañado por los caballeros de su escolta hizo su entrada en la iglesia bajo el arco de espadas de los dantzaris que le rendían honores. 
Mientras caminaba hacia el estrado, el himno de las Cortes de Navarra sonó magnífico bajo las bóvedas del templo medieval interpretado por la Coral Tafallesa.







La ceremonia.
La coronación se inició con la lectura por parte del Rey (Jesús ltúrbide) de la orden para que se procediera a la coronación del niño afortunado con el haba éste año. 
El monarca y se sentó en el trono, instalado en la puerta izquierda de acceso al románico, rodeado de sus guerreros.

Comenzó la representación de los niños.

Primeramente se procedió a la toma de juramento del Rey de la Faba.
Delante de los Obispos y Abades mitrados, Sergio Burgui puso la mano sobre los Santos Evangelios prometiendo ser leal como Rey a las leyes y al pueblo de Navarra.
Infanzones, nobles y representantes del clero prestaron a su vez juramento de fidelidad al Rey.

Una vez ungido, Sergio Burgui se revistió con los atuendos reales, tomó el cetro y la espada y se ciñó la corona con actitud solemne.
Por último, se puso en pie sobre el escudo de Navarra y fue alzado por infanzones y nobles al grito de “¡Real, Real, Real!”

La Coral entonó un vibrante canto uniéndose a la solemnidad del momento. 
La emoción se hizo nudo en muchas gargantas….

¡Una vez más se había reproducido la antigua ceremonia de coronación de los Reyes de Navarra!

La solemnidad no se rompió con la finalización de la ceremonia. 
Afuera esperaban los dantzaris que interpretaron lo mejor de su repertorio ante el Rey de la Faba y todos los protagonistas de la celebración. Luego, se volvió hacia el ayuntamiento en cotejo similar al del principio. El cielo estaba encapotado…. hacia fresco pero no lo notábamos… era tanta la emoción...

Poco más tarde, en los bajos de las escuelas nos juntamos más de doscientas personas para dar fin a la fiesta con una cena medieval.

Alrededor de la mesa los ujuetarras junto a los del Muthiko y los de la Coral, pudimos comentar las anécdotas del día, las emociones vividas, lo bien que salió todo. 
La cena transcurrió en un ambiente estupendo e inmejorable; la sobremesa distendida y alegre en medio de canciones tradicionales, música de siempre y buen humor… Hasta más allá de medianoche. 
Afuera caía la nieve…
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Aparte de mis recuerdos, ha sido imprescindible el texto de los reportajes del  Diario de Navarra contando los eventos. Las fotografías son de Nagore.
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