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miércoles, 4 de febrero de 2015

Uxue elurpean. Ujué nevado.

Ujué nevado hacia 1935-40
Foto de Inocencio Muruzabal

En días de nieve suelen acudir a mi mente imágenes del pasado.
De cuando éramos unos muetes, de nuestros juegos revolcándonos en aquel blanco manto, de nuestras bulliciosas "batallas" lanzándonos bolas...
De cuando toda la gente del pueblo se afanaba en quitar la nieve de las calles…

Recuerdo haber oído a tal pastor, o a tal vecino, contar los apuros que pasaron para llegar al corral donde tenían el ganado... 
Otros tenían que ir a sus corrales del campo donde tenían conejos, gallinas, palomas que atender…

Oímos historias contando los apuros que pasó más de una persona al salirse del camino oculto bajo la nieve, acabando metidos en ventisqueros que cubrían hasta más arriba de la cintura…

Nuestros padres nos relataban las veces que tuvieron que salir a socorrer o a llevar víveres y ropa a tal o cual persona que se había quedado en el corral, o a buscar a quienes no llegaban a casa por haberse perdido en medio de la ventisca...
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Actualmente, cuando nieva y nuestros campos, pueblos y calles se cubren de blanco, solemos sentir una rara satisfacción y ganas de disfrutar de este fenómeno meteorológico, sobre todo si esto ocurre en tiempo de ocio.

Si la nevada es grande, jóvenes, niños y adultos salemos a disfrutar como antaño.
Pero Uxue es un pueblo con calles de trazado medieval. 
En Uxue muchas calles son tan estrechas que todos recordamos que no podían cruzarse en ellas dos caballerías con carga.
A día de hoy la angostura de nuestras rúas imposibilita el paso de vehículos quitanieves al interior del casco urbano.

En tiempos pasados, cuando la emigración todavía no había diezmado nuestro pueblo, los días de nevada eran de trabajo vecinal.
Los labradores se quedaban sin ir al campo pero no permanecían ociosos. Al igual que a los demás vecinos se los veía por calles y plazas -palas y escoba- haciendo camino para poder ir a las tiendas, a la escuela, a la iglesia, al médico... a todos y cada uno de los rincones del pueblo.

Cuando llegaba el mediodía, llegaba la hora de compartir con la familia o con la vecindad aquellos calderetes, aquellas sartenadas de migas... aquellas parrilladas de tocino y longaniza...  aquel apretujar la bota de vino... que abrían paso a una tarde de tertulias, canciones .. de juegos a la baraja.

Por la noche, larga noche, veladas alrededor del fuego del hogaril, patatas al fuego, ajos asando, parrillada con longaniza, escuchando a los mayores historias de cuando venía el lobo, sucedidos de otras nevadas, de otros tiempos...
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Hoy, cuando nieva en Ujué, ya no se ven como hace cincuenta, sesenta años aquellos cientos de vecinos abriendo camino por las calles..
Calles que ahora están desiertas (las hay en las que no queda ni un vecino viviendo de continuo). Calles de donde nadie quita la nieve por estar huérfanas de aquellos que se fueron a vivir a la capital.

Y para los que quedan, quedamos, viviendo en nuestro amado Uxue, caminar por las calles en tiempos de nevada resulta un suplicio y nos es trabajoso mantener una mínima viabilidad.

A pesar de esta innegable realidad, he de reconocer que la presencia de la nieve transforma con fantástica belleza nuestras calles, nuestras casas y la panorámica del entorno.
Por ello no es de extrañar que los que vivimos en el pueblo queramos guardar recuerdo de cada nevada que vivimos. 
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El domingo día 1 de febrero del 2015 tuvimos una hermosa nevada. Los ujuetarras comenzaron a publicar en Facebook fotos enormemente bellas. Conforme pasaban las horas eran más y más fotos.

Y conforme iban subiendo imágenes del Ujué nevado, fui recopilándolas.
Con dichas fotos, y otras muchas que saqué durante la gran nevada de marzo del 2007 y otras de años posteriores, me he permitido elaborar un vídeo que ahora cuelgo.

Ya sabemos que ningún día se parece a otro, que la luz del sol es tamizada por las nubes que hay en cada momento y por la estación del año en que nos encontremos porque también nieva en primavera.
Las nubes, en su navegar por los cielos también cambian a cada instante... No hay ningún amanecer igual a otro, ni ninguna puesta de sol igual a otra...

Tampoco todas las nevadas ofrecen imágenes similares. Depende de la cantidad caída, del viento, la ventisca, de la luz que haya en cada momento...
Aun así, con las fotos que contiene este vídeo podéis imaginar qué aspecto toma Uxue cuando ocurre una gran nevada. 
Espero que os guste.